Reconocer sin perpetuar: el reto de los homenajes públicos

Una de las actividades que celebra el Ayuntamiento de Cáceres en el mes del mayor es un acto homenaje a los matrimonios, celebrando las bodas de oro, con abrazo y foto  del señor  Alcalde y  la  concejala, ramo de flores mediante. 

¿Qué lleva a una Gobierno a hacerle un reconocimiento público a los matrimonios más longevos de la ciudad? ¿Cuál es el mensaje a la ciudadanía? Porque con independencia de las creencias individuales, de las celebraciones o tradiciones que cada uno quiera mantener, hay un mensaje público, esta forma de vida si se reconoce, éste modelo si se felicita, de toda la vida.

¿Se  puede homenajear en 2025  una institución como el matrimonio? Sí, por poderse se puede.

Los matrimonios que se homenajean se constituyeron hace 50 años. Cuando dijeron el sí quiero,   por suerte estábamos en democracia, acabábamos de estrenarla, nuevecita como el ajuar de la pareja hoy festejada. Las mujeres se casaban sí, por amor, pero también por salir de casa, porque era lo que había que hacer;  porque en esa España en ciernes,  nuevecita para estrenar, el rol de la mujer seguía siendo el del ángel de hogar. 

Cuando estas parejas homenajeadas se decían el sí quiero, las mujeres nos estábamos incorporando al mercado laboral, con ilusión pero con muchas dificultades, en pleno baby boom demográfico (Entre 1958 y 1977 nacieron casi 14 millones de personas en España), entre trabajo fuera de casa, trabajo dentro y cambiar pañales pasaron sus años de juventud viendo los gorgoritos y  la quema del dragón.

Muchas, las otras, una gran mayoría siguieron siendo el ángel del hogar, ese que Virginia Woolf decía que había que matar, ese que no ha cotizado o no lo suficiente y ahora cobra una pensión no contributiva o un 31% menos que su marido, hecho que, a lo mejor, quién sabe, pudiera ser, dificultaría llevar una vida independiente, y pudiera ser, quién sabe, que influya para la continuidad del vínculo matrimonial. 

El matrimonio, para las feministas,   es una institución tremendamente  patriarcal donde, todavía a día de hoy,  se siguen haciendo una división sexual del trabajo, un reparto desigual de las tareas y responsabilidades, y todavía a día de hoy,  una cárcel para muchas mujeres. Hay excepciones, claro está, la pelea constante de las mujeres por el reparto equitativo de las tareas del hogar y de las responsabilidades familiares; logra avances, pero a nivel individual. La sociedad aún tiene pendiente conseguir verdaderas medidas que faciliten la conciliación laboral, familiar y personal. También personal, no lo olviden. 

La violencia machista, en el ámbito de la pareja, en las mujeres mayores es una de más silenciadas, menos denunciadas y más desconocidas. No pocas mujeres mayores, terminan siendo cuidadoras de sus maltratadores, llevan soportando violencia 50 años, muchas padecen enfermedades crónicas como consecuencia del maltrato. Basta con echar un vistazo a los informes oficiales que hablan de la sobre medicación de las mujeres, incluso los informes de adicciones. Mujeres que para comenzar su día tiran de ibuprofeno, ansiolítico y desahogan en el llanto silencioso.  

Como jurista, y con el código civil en mano, un matrimonio es una unión estable entre dos personas sean del mismo sexo o no, que consienten libremente y deciden realizar una vida en común, en el que no se establece un tiempo máximo de la unión, por tanto y volviendo al inicio 

¿Qué objetivo tiene homenajear públicamente un asunto privado? Como no sea el de perpetuar los roles establecidos, los valores rancios. Premiar el aguante, la sumisión, e incluso la violencia…Y que conste, me alegro por esas parejas que llegan a la madurez, compartiendo vida y amor, con absoluto respeto y libertad. Pero como responsables públicos no debemos hacer injerencias en temas personales que puedan tener unas imbricaciones que se nos escapan. 

¿Por qué se elige destacar en el mes de las personas mayores los matrimonios más longevos y no, proezas, luchas, descubrimientos aportaciones a la ciudad, vidas singulares…? 

Celebremos el mes de las personas mayores, de todas y todos, no hay mejor reconocimiento, por ejemplo, que hacer accesible la ciudad eliminando las barreras arquitectónicas y mejorando el estado de nuestras calles, no hay mayor reconocimiento que “re-conocer” a las personas, verla, oír sus reivindicaciones sus necesidades y derechos. 

Hagamos que las personas mayores se sigan sintiendo ciudadanía, partícipes de cada día de la vida de Cáceres y no protagonistas de celebraciones añejas que sólo reconfortan a unos pocos y duele a muchos y muchas. La soledad no elegida, el olvido, la dependencia o el abandono, esas son las cuestiones por las que los y las responsables públicos debemos trabajar. 

Beatriz Cercas García Concejala del Grupo Municipal Socialista