El Grupo Municipal Socialista exige al alcalde Rafa Mateos que cumpla el acuerdo de pleno e interpele a la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, para garantizar el cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática de Extremadura.
La portavoz municipal Belén Fernández recordó que el Ayuntamiento de Cáceres aprobó en enero una moción con un objetivo claro: proteger y promover la memoria democrática como base de una ciudadanía crítica y una democracia sólida.
Preocupación por pactos con la ultraderecha
“El alcalde debe cumplir el mandato democrático aprobado por el pleno”, declaró Fernández, “e interpelar a la presidenta de la Junta para garantizar la ley, amenazada por pactos con la ultraderecha como el apoyo del PP a la ley de Concordia de VOX”.
En 50 años de democracia, añadió, “no hemos saldado la deuda ética, legal y social con miles de víctimas del franquismo, muchas de ellas de Cáceres, que sufrieron represión, cárcel, exilio o muerte por defender la libertad y los derechos humanos”.
Importancia de la Ley de Memoria Democrática
El artículo 1.1 de la ley establece que su objeto es recuperar la memoria histórica de las personas que padecieron violencia por motivos políticos, ideológicos, religiosos, de género o identidad sexual durante la Guerra Civil y la dictadura.
“No excluye a ninguna víctima por su ideología”, recalcó la portavoz, “y no necesita reinterpretaciones ni recortes por intereses partidistas”.
Memoria democrática como derecho ciudadano
Fernández subrayó que “la memoria democrática es un derecho reconocido por organismos como Naciones Unidas, y su vulneración supone una afrenta a la verdad, la justicia y la reparación”.
Advirtió que “derogar o sustituir esta ley por iniciativas pactadas con fuerzas autoritarias es un grave retroceso democrático. Sin memoria no hay democracia plena”.
Exigencia al alcalde de Cáceres
Por todo ello, el Grupo Municipal Socialista exige a Rafa Mateos que cumpla con el acuerdo aprobado en pleno, lo haga efectivo y exija a la Junta el cumplimiento íntegro de la ley, rechazando cualquier pacto que suponga un menoscabo a los principios de memoria, justicia y reparación.
Conclusión
“La memoria democrática no es pasado, sino presente y futuro”, concluyó Fernández. “La historia no se reescribe: se recuerda, se aprende y se honra. Cáceres no puede ser cómplice del olvido”.